Este jueves 11, el plantel de básquet que compite en el Torneo Federal, volvió de las vacaciones, tras el receso del certamen, de cara a la reanudación del mismo, que será el próximo viernes 26, de locales ante Estudiantes de La Plata.

Luego del entrenamiento, Eduardo Amat, preparador físico del conjunto dirigido por Juan Ignacio González, habló con respecto a cómo encontró físicamente a los jugadores luego del parate y con las fiestas de fin de año en el medio, los planes de trabajos personalizados, y otros temas inherentes a su función.

«Encontré a los jugadores muy bien, pero esperaba eso porque tienen un nivel de profesionalismo muy bueno; nos untamos el 21 de diciembre y les di un plan de trabajo para el receso. Y por lo visto en el entrenamiento, lo cumplieron al pie de la letra, porque si bien fue bastante exigente en lo físico, respondieron muy bien. También los pesé, y comparados con un día antes del partido contra Pedro Echague, volvieron con el mismo peso o solo algunos gramos por arriba. Quedé contento y muy satisfecho en como retornaron», expresa Eduardo, quien en la temporada anterior se integró al cuerpo técnico, con pasado, al igual que el entrenador jefe y su asistente, en Casa de Padua.

Preguntado sobre si los planes se trabajan de manera individual y acorde a las fisonomías y motricidades de cada jugador, explica.

«Estos planes, por tratarse de un receso de algunas pocas semanas, no son tan personalizados; se busca evitar un bache de actividad de cara al regreso. Cuando regresan, como hoy, podamos seguir con la dinámica de entrenamientos que manteníamos, porque no son vacaciones. En cuanto a esos planes, durante el año de competencia son personalizados, y uno se basa en las cualidades de cada jugador. Por ejemplo, a Hilario (Gutiérrez), se le da en el año un plan para fortalecer su tono muscular; en el caso de (Ignacio) Romani, (Santiago) Juárez o (Juan Ignacio) Dameli, se basa más en la explosividad y resistencia. Uno busca la característica de cada jugador y lo que pretende Juani de cada uno de ellos, eso se consensúa con él. Un ejemplo concreto y que reafirma el concepto de profesionalismo de estos jugadores, es el de Hilario: trabajó aparte, metió doble turnos de entrenamiento y eso resultó que desde su llegada hasta la última fecha, haya bajado nueve kilos y aumentó un poco los diámetros de su perímetro. Estamos muy contentos con él. En sí, el plan es más general para cuando ellos retornaran, no se perdiera esa dinámica de entrenamientos que teníamos».

Referido a regresar en una jornada tórrida, con una sensación térmica rozando los 40 grados, agrega:

«La planificación no se altera, solo se deben tomar más recaudos. Dispones de mucha agua para hidratarse, toallas mojadas para refrescar sus cabezas y piernas. En lo posible,, buscamos que estas temperaturas no alteren el trabajo; hoy pudimos hacer todo lo planeado, pero en eso ayudó también que hayan regresado de manera óptima. De todas maneras, las cargas no son las mismas que en la pretemporada, porque no tenemos el tiempo para hacer las descargas; es un poco mas fuerte el trabajo de competencia, manteniendo el de fuerza dentro del gimnasio siempre, e intentando meter más en cancha, de cara a la resistencia aeróbica, y asi mantener la intensidad antes del receso».

Para el final, se le pide una reflexión acerca de su función como preparador físico, y si a veces, cuando se acumulan una seguidilla de lesiones dentro del plantel hay una mezcla de sentimientos dentro suyo, sea de impotencia o bronca por no poder tener una plantilla sana durante varias semanas consecutivas.

«De acuerdo a cómo se den la lesiones. Si son musculares, de desgarro, o fatiga muscular, a uno lo afecta porque es directamente funcional a su trabajo, pero las lesiones que hemos sufrido han sido por otras circunstancias. La de Pablo Barrios es un problema en sus lumbares que se detectó hace poco; la de Juani Dameli fue un esguince debido a una mala pisada. Y la de Nacho Del Peral fue una sobrecarga en el soas por un golpe. No desligo mis responsabilidades, pero entiendo que son imponderables que pueden pasar. Si llegase a suceder una lesión muscular por no trabajar desde mi lugar en lo preventivo, o por una mala entrada en calor, eso si me afectaría mucho. Trabajamos todo el año buscando achicar ese margen de lesiones», expresa.

Eduardo Amat, preparador físico de un plantel que volvió a los entrenamientos, de cara al viernes 26, cuando retome la competencia oficial en el Torneo Federal.