«Sinceramente, al llegar a Porteño fue una sensación rara, por ser nuevo algo que no pasaba desde 2018 tras mi llegada a Boca. Al principio, sí bien no sentía que encajara, puedo decir que este mismo grupo al igual que los chicos de sub 21, fueron quienes me ayudaron a poder afrontar toda esta nueva experiencia. Hoy por hoy puedo asegurar que en Porteño me encontré con una gran familia en donde me ayudaron a recuperar la chispa que daba por apagada el año pasado».
La charla con Ignacio Alcala se dio hace un par de meses atrás, y por diversas circunstancias, se dilató su publicación. Pero en la tranquilidad del receso veraniego que da enero, la oportunidad de subirla, sin haner perdido un ápice de actualidad.
Es que Nacho llegó a principios del 2022 para sumarse a los Sub 21 y Primera del Voley. Y su arribo fue sin dudas una inyección de jerarquía para una plantilla superior que tuvo una buena temporada, accediendo a los cuartos de final en la Federación Metropolitana.
«Lamentablemente quedamos eliminados contra Italiano. Si bien cumplimos la meta que era clasificarnos entre los mejores ocho del torneo, obviamente el gusto amargo queda porque todos queríamos un poquito más. Ahora solo nos queda entrenar y jugar algún que otro amistoso para no perder el rodaje y quedarnos a la espera de lo que se viene el próximo año», reflexiona. Y al momento de hacer un balance de la Primera, describe:
«En general el año para el equipo fue bastante positivo en lo que es crecimiento del grupo; si bien arrancamos relativamente con un equipo nuevo, donde tuvimos una cantidad de 14 jugadores, terminamos el año con menos de la mitad. Esto si bien fue algo duro para el equipo, porque se tuvo que buscar la forma de reformarlo en plena competencia, pudimos resolverlo y poder asegurarnos una plaza entre los 8 equipos de arriba, cumpliendo con nuestra meta. Tuvimos varios pasajes muy buenos en esa primer etapa, concretando un invicto de cinco partidos, pero en la segunda etapa fue más complicado tras la pérdida de jugadores».
Frente a la repregunta sobre las razones de dichas pérdidas, comenta:
«Varios salieron por crecimiento y oportunidades en el exterior como en el interior del país; también tuvimos bajas por lesiones. Dentro de las cosas negativas que debimos afrontar, es de admirar como pudimos salir adelante y gracias a eso pudimos llevar hasta los Cuartos».
Se le pide entonces un balance, pero de los Sub 21 , su categoria.
«Tuvimos un gran año de crecimiento ya que como te dije antes muchos de los chicos comenzaron a jugar hace poco. Si bien es una temporada complicada para la categoría como para la tira en general, el crecimiento que tuvo está categoría es muy grande. Y por más que los resultados no acompañaron, no es para menospreciar lo hecho día a día yendo a entrenar y bancando todo lo que conlleva una acumulación de malos resultados», detalla.
De 21 años, vive en Moreno, a unos cuarenta minutos del centro, junto a su mamá Gladys.
«Tengo tres hermanas pero ya armaron sus propias familias», dice en alusión a Soledad, Luz y Celeste.
«En este momento solo me encuentro trabajando y entrenando, a principios de año también estudiaba pero por temas de horario con el trabajo no pude continuar con la carrera», agrega. Y uno de los trabajos que le surgio durante el año pasado, fue hacerse cargo de los Sub 21 que participaron en la Liga del Oeste.
«La oportunidad de dirigir a los chicos llegó hace alrededor de tres meses por parte de Nicolás Ugalde, mi entrenador en Primera. Él estaba con los chicos en la primer instancia del torneo de la liga, y para esta segunda etapa yo ya estaba hablando con los entrenadores para poder sumarme con los sub 13, por lo menos como ayudante. Y bueno, creo que como notaron mi voluntad y las ganas de sumarme, me dieron esta oportunidad de hacerme cargo de los chicos de la liga», expresa.
Sobre este equipo, comenta:
«El equipo es un rejunte de chicos de las categorías juveniles de Porteño, desde los sub 16 hasta los sub 21. Dentro de este mismo rejunte, la idea es incorporar a los chicos no federados que recién estarían dando sus primeros pasos en el voley. La gran mayoría arrancaron hace medianamente poco tiempo en especial los sub 21 y algunos de 18; dentro del mismo grupo tenemos casos como Federico Esteban Bontempi que ya lleva alrededor de siete años jugando y otros como los de Lucas Randazzo que recién este año empezó a jugar al voley, y gracias a su perseverancia hoy por hoy puede estar formando parte del plantel de la Liga».
¿En cierta manera significa un crecimiento en el voley masculino, de poder agregar un nuevo equipo en competencia?
«En mi experiencia obviamente si; si bien soy nuevo en la institución, claramente es un avance, si no podemos tomar como referencia la rama femenina, que hoy por hoy cuenta con una cantidad de jugadoras que cualquier institución quisiera tener. Porteño siempre fue un club formativo dentro de lo que es el voley metropolitano, y justamente por esto creo que la oportunidad de poder sumar más chicos y darles la oportunidad de sumar una nueva experiencia y un punto de transición entre la Liga y la Federación, es algo más que importante para poder prepararlos de cara a la exigencia que da el torneo metropolitano», responde.
En cuanto a sus inicios, dice:
«Empecé en 2013 en el club Defensores de Moreno; sinceramente nunca había jugado al voley ni siquiera en el colegio. Y ese mismo año, a mediados de agosto, se jugó el Abierto de la categoría sub 13. Por problemas del plantel no conseguían completar para poder jugar este torneo y por medio de amigos con quienes jugaba a la pelota en la plaza y quienes jugaban al voley en Defensores, me dicen para ir al torneo con la intención de sumarme en el plantel. Por suerte tuve una muy linda experiencia en ese fin de semana llegando a jugar una semifinal donde lamentablemente perdimos contra Boca».Después de todo lo que viví, al siguiente lunes tomé la decisión de comenzar a jugar y me terminé enamorando de este deporte tan lindo como es el voley.
Y añade:
«A Porteño llegó este año (2022), gracias a la propuesta de Federico Grillo jugador y amigo de la Primera, que después de no tener un muy buen año en 2021 por parte de la pandemia y motivos personales, tomé la decisión de no continuar con voley. Y él fue la persona que me insistió en que no dejara de jugar y me de la oportunidad de empezar de cero en Porteño con el y gran parte de amigos en común, quienes conforman un equipo de liga llamado «El Rejunte».
¿Ese estado es para vos más importante que los resultados o nivel de categoría donde se juega? Te pregunto porque tal vez la competencia en Boca era mayor.
«Jugué en las cuatro categorías más grandes de la Metro que son Primera División y División de Honor en Mayores, y en cuanto inferiores nivel A como B. Si bien en el caso de estas instituciones no compiten directamente en la misma categoría, no hay mucha diferencia a cuánto nivel pero si en cuanto carácter y personalidad de la misma gente.
Pero en cuanto al estado, si sentí un gran cambio tras mi llegada a Porteño. Se podría decir volver a disfrutar del deporte como un jugador de inferiores; en Boca llegó un punto donde ya no jugaba por diversión, sino que lo hacía por profesión. Y esa necesidad de libertad que me pudo brindar Porteño, en Boca no la podía encontrar», admite.
Sobre sus objetivos personales en el club, señala:
«En cuanto objetivos que me pude proponer este año, uno de ellos y creo que el más valioso, fue poder volver a disfrutar el deporte que amo y con eso mismo, poder recuperar esos años de inferiores que no pude disfrutar. En cuanto a jugador, no sé si algo pensado desde un principio, pero si algo que sentí necesario a lo largo de la competencia, fue volver a confiar en mí juego y mi potencial», afirma
Para el final: ¿Te ves mucho tiempo con la camiseta de Porteño?
«Después de mucho tiempo pensándolo puedo decir que si. No sé cuanto, tampoco es algo que haya pensado tanto, pero la idea sería quedarme por lo menos uno o dos años más».
Ignacio Alcala, refuerzo de jerarquía que llegó para potenciar a la Primera de Voley.