«La principal sensación apenas conseguido el ascenso, fue de alivio. Sinceramente, este año lo tomé como una mochila, con un compromiso muy grande y muy fuerte hacia la gente del club. Porque al recibir tanto cariño, desde un lugar donde uno es completamente visitante, a mí eso me genera la sensación de estar en deuda. Eso se convirtió en una presión, una responsabilidad, y por eso cuando culminó el partido, ese alivio mencionado».
La palabra de Juan Massola, el técnico de la Primera que tras aplastar a Comunicaciones 6-0, consiguió el durísimo pero merecido ascenso a la C de la AFA.
«Obviamente también alegría, felicidad por mí familia, cuerpo técnico, por mis jugadores, por tanto esfuerzo, tras una semana donde me daban vuelta muchas cosas por mí cabeza, porque tras haber ganado el juego de ida, toda la presión la teníamos nosotros en tener que ratificar ese resultado», agrega Juan, en el ya inolvidable 18 de diciembre de 2022, con millones de argentinos en las calles de todo el país, festejando la obtención de la Copa del Mundo en Qatar.
Sabiendo eso, el periodista se comunica cerca de la medianoche, para en principio arreglar un día y horario en poder hacer la nota. Pero su generosidad y predisposición hace que la misma se concrete allí mismo.
Entonces, la charla ya fluye hacia otros contextos del año. Y trayendo a colación la palabra alivio que menciono dos veces, se le consulta sobre cuánto hubo de eso, tras aquella derrota contra Deportivo Merlo, donde se perdió en gran parte la chance del primer ascenso.
«Para nosotros lo anímico es fundamental, y está a la misma altura que los entrenamientos tácticos, técnicos y estratégicos. Por eso desde principio de año incorporamos a Gabriela Caballero (psicóloga del equipo), quien desde un principio hizo un trabajo muy bueno, no solo en ese partido sino en toda la temporada. Y si, debimos volver a enfocarnos en todo lo que debíamos hacer a partir de allí, y no en lo que habíamos perdido. Fue difícil, porque ese día sufrimos dos expulsiones de jugadores importantes y nos costó. Pero también sirvió para que otros del plantel tuvieran su oportunidad para aprovecharla y terminen jugando en partidos decisivos, y hasta tuvieron grandes actuaciones desde playoffs hasta las finales», expresa.
Hurgando en su rol de outsider, tras tantos años con otro cuerpo técnico, tuvo su faz positiva es que al no tener ningún compromiso emocional con nadie, pudo traer jugadores para reforzar las diferentes líneas, y pelear fuerte por el ascenso.
«Cuando tomamos el trabajo en el club, lo primero que hicimos junto a mí equipo, fue analizar varios partidos del año pasado, y nos gustó lo observado en la manera de jugar del cuerpo técnico anterior. También la plantilla, y al verlos llegamos a la conclusión que nuestra metodología de juego poseía aspectos distintos, y ello nos llevaba a reforzar algunos puestos. Era esencial para el sistema que queríamos implementar, y a partir de allí se dieron algunas incorporaciones», expresa. Y añade:
«También hicimos una prueba de jugadores, de la cual quedaron tres. Dicha prueba habla muy bien del club, porque publicamos y desde allí surgieron tres incorporaciones muy buenas, quienes se sumaron a las cuatro traídas por nosotros».
Pide un momento para hablar de los jugadores surgidos en Porteño.
«Agradecerles, como siempre les dije este año, porque ellos debieron sufrir, por así decirlo, los cambios efectuados. En principio el Zurdo (Gabriel Espósito) y yo somos personas distintas desde el vamos; y tener otra como entrenador, con diferentes metodologías y sistemas, y eso los chicos lo llevaron muy bien desde el inicio. Se pudieron adaptar de la mejor manera y entonces hizo que todo fuera más fácil. Dejaron constancia de su calidad humana», afirma.
Una característica en los planteles de Porteño, junto a la sobrada calidad técnica, era su juventud. Entre los refuerzos, varios de ellos con extenso recorrido y experiencia.
«Claro, porque muchas veces un jugador de experiencia no solo te dan su rendimiento en los partidos, sino lo más importante fue cómo potenciaron a los otros, y realmente buscábamos eso. Encontramos en Federico Suárez, Héctor Ortiz, Nicolás Cantoni, Cristian Ganader, Lionel Ranieri, no solo calidad humana, sino competitividad. Jugadores que a pesar de su edad, entrenaban muy fuerte, quienes a la vez no solo ayudaron desde su rendimiento, sino potenciar a los chicos que tenían a su alrededor», indica
Hubo un momento durante el año, donde la tragedia se posó sobre el plantel.
«Juan Corral ya estaba desde el año anterior en el club, y cuando llegamos, ya tenía ese problema de salud. La verdad, destacamos siempre su compromiso con el equipo, porque no faltaba nunca a entrenar, y además lo hacía como si fuese un equipo de la B. Eso emocionaba y por supuesto esto es de él también, porque ayer estuvo con nosotros en la cancha. Lo hablaba con los chicos, quienes lo recordaron mucho. Aprovecho a mandarle un beso a su familia, y uno grande a Juan, quien nos miró desde el cielo», expresa con emoción.
El cronista lleva a Juan a un escenario de hipótesis. Si no se hubiera ascendido, ¿qué hubiese destacado de este primer año de trabajo?
«Se lo dije a los jugadores: fue el año que más disfruté como entrenador, porque ellos nos permitieron poder trabajar e insertarnos. Los dirigentes nos dieron tranquilidad y por eso lo disfrutamos. Pudimos llevar a cabo lo que queríamos, y el ascenso era un objetivo que nos impusimos y seguramente para los chicos del club un sueño. Y por suerte se dio todo como lo planificamos», puntualiza.
¿Y que viene ahora?
«En primer lugar, descansar. Darle tiempo y espacio a la familia, porque durante el año se lo roba y ahora toca devolverlo. Luego, reunirme con la dirigencia y ponernos de acuerdo en aspectos específicos, para poder diagramar el año próximo. Es todo muy reciente para pensar en definiciones, y por eso dejaremos pasar unos días, y luego pensar como sigue todo».
Juan Massola, DT de la Primera que en este 2022 pudo inscribir su nombre entre los ascendidos a la C de la Federación Argentina de Fútbol.