Camila, a sus 14 años, ya tuvo la posibilidad de representar a Estudiantil Porteño en el ámbito internacional.
Fue hace unos días, donde junto a Martina Gil, también del Club, donde ambas tomaron parte del Panamericano de Gimnasia Rítmica, disputado en Río de Janeiro.
«Uff, lo viví muy bien; ansiosa por saber cómo era la situación, con nervios por momentos, y orgullosísima de poder estar en ese tremendo estadio. Y muy feliz por haber logrado estar en ese momento», expresa en la noche del miércoles, descansando en su casa, tras haber arribado unas horas antes desde Brasil.
«La clasificación se dio por medio de los resultados del primer y segundo selectivo. En el all around quedé segunda, para la categoría junior. Participé en los cuatro aparatos, cinta, mazas, aro y pelota», describe Camí, ante la consulta de cómo accedió al Panamericano.
«Quedé muy feliz por la terrible experiencia, y sentí que cumplí con mí objetivo. Siento que hice un muy buen papel, para ser mí primer torneo internacional», agrega en el plano estrictamente deportivo.
Acerca de si le impactó algo del torneo, comenta:
«Me llamó muchísimo la atención la magnificación del estadio, la coordinación del torneo y la atención de los colaboradores hacía las gimnastas».
Oriunda de Haedo, vive con su familia: papá Santiago, mamá Alejandra y su hermana mayor Sofía.
«Y mí gato Pichi jajaja», añade, mencionando al felino, sumando lo como otro integrante.
Comenzó a practicar esta actividad a los ocho años, casi a punto de cumplir nueve.
«Desde peque miraba videos de torneos importantes del deporte en YouTube. Siempre me llamo la atención; me acuerdo que yo quería la cinta, le decía a mí mamá que me lleve a hacer cinta jajajaj. Antes pasé por otras actividades, aunque ninguna me terminó de enganchar. Hasta que averiguamos y encontramos que en el Estudiantil se practicaba Rítmica, y bueno, desde ese entonces me enganché», soslaya está estudiante de tercer año en la escuela secundaria N°52.
«Mis compañeros me recibieron súper bien, con un abrazo gigante y con miles de preguntas sobre el viaje», afirma.
Justamente, sobre su estadía en tierras cariocas, responde sobre si tuvo la oportunidad de recorrerla.
«No pudimos recorrer mucho, ya que le dedicamos mucho tiempo al deporte. Únicamente fuimos el domingo a la playa, y me fascinó estar en el lugar con las chicas de la delegación».
Ya retornada de su inolvidable experiencia, los nuevos desafíos para lo que se viene.
«Tengo el objetivo de mejorar ciertos ejercicios, dificultades, etc. Y también clasificar al Sudamericano en Colombia. En el torneo vi cosas de otras gimnastas que me gustaron , y me gustaría tratar de plantearlo en mis series», admite.
Porteño se caracteriza por tener desde hace varias décadas, a gimnastas participando en todo tipo de certámenes internacionales. Y lógicamente, referentes para las más jóvenes.
«No tengo una referente. Pero cuando era más chica admiraba a Micaela Herbon», puntualiza.
Aparte de la Rítmica, no tiene hobbies o pasatiempos
«Me gusta muchísimo compartir momentos con amigos y familia», confiesa.
– Sos una gimnasta nivel elite. ¿Estar en forma te requiere cuidados o entrenamientos aparte del que hacés en el club?
«Entrenamientos no. Pero mantengo una alimentación variada y saludable, gracias al cuidado de mis padres», contesta.
Sobre sus expectativas a futuro, dice:
«Tengo como objetivo, poder sumar experiencias fuera del país y ciudad, tanto como torneos y entrenamientos. Y así poder obtener más conocimiento e ir mejorando mí calidad como gimnasta».
Para el final, la consulta sobre sus consideraciones acerca de la permanente generación de gimnastas que, como ella, integran el nivel Elite y son asiduas competidoras en campeonatos internacionales
«Creo que el deporte en el club tiene un buen método de entrenamiento y enseñanza, debido al buen nivel que tienen las docentes. A ellas les funciona el método de entrenamiento que aplican con sus gimnastas, aparte del esfuerzo y dedicación que ofrecen las propias gimnastas».
Camila Adoue. A sus catorce años, pudo cumplir uno de sus sueños: representar a Porteño en un país vecino, y nada menos que en un Panamericano.
Y seguramente, no será el único.