Rodrigo Martín es el encargado de entrenar a las categorías de Sub 15 y Sub 17 del vóley femenino de nuestro club, y Prensa de Porteño dialogó con él para conocerlo un poco más. Además, se refirió al presente de las categorías que dirige, y a los deseos que tiene para este año.

Nacido el 14 de mayo de 1977 en Barracas, Rodrigo Martín inició su relación con el vóley de una forma muy curiosa, a los 10 años, en el colegio Primario. Allí, entre los profesores, hicieron un selectivo, del cual quedó afuera, y junto con esos que no fueron elegidos, decidieron ir a entrenar a un Polideportivo, donde armaron una red con bolsas de cebolla. En una oportunidad, los vio un jugador de vóley y los llevó a entrenar a un club donde los federó, pero sin embargo no duró mucho, y abandonaron las prácticas.

A los quince años, lo invitaron a Rodrigo, y a todos los chicos que habían dejado de jugar, a ser parte del plantel de las inferiores de San Lorenzo, donde jugó hasta que pasó a ser mayor. Luego, defendió los colores del Colegio Dámaso Centeno; pasó por Villa Luro, y ‘colgó las zapatillas’ en Dickens, donde estuvo cinco años. “Dejé de jugar, y ahora, después de 10 años, me invitaron a jugar acá en el Maxivoley de Porteño”, sostuvo agradecido el entrenador.

Con respecto a su carrera como técnico, Martín explicó que, desde que estaba en la tira, siempre se quiso dedicar a gestionar equipos. “Hice hasta tercer año en una escuela industrial, me pasé a un Bachiller para terminar antes, y así poder empezar el profesorado para después poder ser entrenador. A los 21 le pedí a un amigo que me ofrezca como ayudante de técnico, y ahí empecé a enganchar. Siempre que podía, en los equipos que jugaba solía ordenar un poco las cosas, y como eran equipos amateurs, los entrenadores no estaban bien pagos, entonces se iban y terminaba quedando yo como entrenador”, puntualizó Rodrigo.

Tras dirigir la categoría de Mayores femenino en Dámaso Centeno y los Mayores masculinos de Villa Luro, donde también se encargó, desde 2004, de todas las categorías femeninas, Rodrigo arribó a Porteño en 2009, para entrenar al plantel superior de mujeres. Un año después, se hizo cargo de la tira femenina (junto a María Valdez) y en 2011, volvió a agarrar a las Mayores A, hasta que por problemas familiares decido quedarse con las categorías más bajas.

En cuanto a lo que intenta plasmar en sus equipos, Martín recalcó que no quiere que sus jugadoras den ninguna pelota por perdida. “La idea es que comprendan el juego, que lo sepan leer, esté o no esté yo. Que según las características que tengan, las exploten al máximo. Si es baja, pero habilidosa, que la explote; y si es alta, y tiene buen bloqueo, que sea la mejor bloqueadora. Complementar eso, la rápida con la alta y con la bajita. Lo que intento es que cada una entienda que es importante, cumpla la función que cumpla”, agregó.

“Las Sub15 van invictas, lo cual no era el objetivo a principio de año. No era previsible que jueguen de esta manera en una categoría como la B, habiendo ascendido el año pasado. Están logrando entender lo que es la base de un equipo, y eso es lo que está funcionando. Me están haciendo avanzar en un montón de cosas que, por ahí, pensaba hacerlas de acá a uno o dos años. El mismo equipo te lo va pidiendo porque avanza muy rápido”, señaló el entrenador, y además detalló que las jugadoras, al ser pequeñas, son muy receptivas, lo que simplifica todo.

Sobre el otro grupo que dirige, subrayó: “Es el último año que dirijo a esta camada de Sub17, y es un equipo que con el que vengo trabajando hace cuatro años. Quiero cerrar con ellas un gran período: hacer buenos viajes, buenos torneos, pelearle a buenos equipos y ganarles. Es un equipo con no mucha altura, pero con mucha movilidad, que refleja mucho lo que quiero enseñar a todas las jugadoras”.

El vóley femenino de Porteño volvió a la segunda categoría de la FMV tras jugar tres años en un nivel inferior. “Llegar a la B en 2013 no había sido un objetivo buscado. Yo dirigía sub 16, 18 y 21. Los equipos venían con rendimientos parejos en toda la tira, y terminamos ascendiendo en un repechaje. Pero lamentablemente muchas jugadoras se nos fueron, porque las llamaban de otros clubes, o por lesiones, o por estudio, entonces no llegamos de la mejor forma a ese torneo“, explicó Rodrigo.

“Entonces –continuó- , en 2014 volvimos a jugar en la C, y ahí decidí agarrar la base de la tira y empezar a trabajar, lo que en ese momento era sub14. Y esa camada fue la que empezó a rearmar todo de nuevo. Desde allí, le fueron dando una buena base a la tira actual. Estos tres años sirvieron para que las chicas vayan creciendo, y que las grandes se vayan asentando un poco más. Lo que hicimos durante ese lapso fue rearmarnos bien desde abajo, y tuvo resultados”

El objetivo que se planteó el cuerpo técnico para este 2017 es permanecer en la B: quedar entre los ocho de arriba para evitar cualquier posibilidad de descenso. “Como se nos vienen dando los resultados, Sub 15 ya está buscando como objetivo llegar a la LINAME –Liga Nacional de Menores-, torneo al cual acude solamente el primero de la A y de la B (por categoría)”, concluyó el técnico.

Con la frente bien alta, con mucho orgullo, y siendo padre de dos hermosos hijos, Rodrigo Martín se muestra muy esperanzador para un año, que si Dios quiere, será más que movidito.